Discurso de Leon Troski a décimo Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros.
La situación política mundial del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado.
La premisa económica de la revolución ha llegado desde hace mucho tiempo al punto mas alto que le sea ha dado alcanzar bajo el capitalismo.
Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material. Las crisis de coyuntura, en las condiciones de la crisis social de todo el sistema capitalista, aportan a las masas privaciones y sufrimientos siempre mayores. El crecimiento de la desocupación ahonda a su vez la crisis financiera del estado y mina los sistemas monetarios vacilantes. Los gobiernos tanto democráticos como fascistas, van de una quiebra a la otra.
La burguesía misma no ve una salida. En los países en que se vio obligada a hacer su ultima postura sobre la carta del fascismo marcha ahora con los ojos vendados hacia la catástrofe económica y en aquellos países históricamente privilegiados en los que puede permitirse el lujo de la democracia todos los partidos tradicionales del capital se encuentran en estado de confusión que raya, por momentos, en la parálisis de la voluntad.
El cuadro de las relaciones internacionales no tiene mejor aspecto. Bajo la creciente presión del ocaso capitalista los antagonismos imperialistas han alcanzado el limite mas allá de los conflictos y explosiones sangrientas (Afganistán, Irak, Colombia, Osetia del Sur, Georgia, Oriente medio y varios pueblos africanos) describen el incendio mundial. En verdad la burguesía percibe el peligro mundial que una nueva guerra representa para su dominio, pero es definitivamente incapaz de evitarla.
Hay quienes dicen que las condiciones históricas no están “maduras” para la revolución socialista, los que esto sostienen lo hacen en base a la ignorancia o del engaño conciente, las condiciones objetivas para la revolución no solo están maduras, sino hasta han empezado a descomponerse, sin la revolución social la humanidad esta amenazada de ser arrasada por una catástrofe (si no lo creen, pueden ver los efectos del calentamiento global por ejemplo). Todo depende del proletariado, es decir de la vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis histórica de la dirección revolucionaria.
Los escépticos preguntan: ¿Pero ha llegado el momento de crear una revolución? Es imposible, dicen, crear artificialmente una revolución. Solo pueden hacerla surgir los grandes acontecimientos, las grandes movilizaciones, etc. Lo único que demuestran estas expresiones es que los escépticos no sirven para crear una revolución. Por lo general los escépticos no sirven para nada. La revolución ha nacido ya de los grandes acontecimientos de ¡las grandes derrotas del proletariado! , la causa de esas derrotas es la degeneración y la traición de la vieja dirección.
Pero los escépticos no se callan dicen ¿Pero ha llegado el momento de proclamarla? - y les respondemos- No necesita ser “proclamada” existe hoy en día, vive y lucha, es débil, es cierto por que sus filas son poco numerosas y nuestra gente es joven pero estos cuadros son la única esperanza del porvenir revolucionario, son los únicos realmente dignos de ese nombre. Nuestra revolución aun es débil numéricamente pero será fuerte por su doctrina, si eso no se ve hoy, no tiene la menor importancia, porque mañana será evidente.
Nuestra revolución tiene desde hoy el justo odio de los liberales burgueses, de los fascistas y de los estalinistas, porque combate a todos los grupos políticos ligados a la burguesía y la contrarrevolución. Su misión es aniquilar la dominación del capital, su objetivo es el socialismo. Su método la revolución proletaria, sin democracia interna no hay educación revolucionaria, sin disciplina no hay acción revolucionaria, los principios de la revolución se rigen por los principios del centralismo democrático: completa libertad en la discusión, absoluta unidad en la acción.
La crisis actual de la civilización humana es la crisis de la dirección proletaria. Los jóvenes revolucionarios junto con los obreros y campesinos habrán de señalar el camino a todos los oprimidos en general, proponen una bandera sin macula.
A todos los explotados la bandera de la revolución socialista es la bandera de nuestra próxima victoria.
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